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domingo, 17 de abril de 2016

A veces me cuesta encontrar mi voz

Pude haber sido tu aliada
tu compañera, tu amada.
Pero fui violada, asesinada, destruida y temida.
Fui la ofrenda para los dioses de la cosecha,
la esclava de mi amo,
el juguete del rico.
Mi  deber fue dar placer,
recibir al guerreo hambriento con mi cuerpo
nutrirle con mi sangre y alma mutilada
Mi cuerpo no fue nunca mío,
sólo el lugar del alma pecadora de mujer

Me hiciste culpable de los males de la tierra
me nombraste la pecadora, la bruja, la sin nombre
me quemaste viva,
me tiraste la primera piedra con el corazón de hierro

Quizás sólo fueron tus propios miedos
cuando veías tu mundo jerarquizado de poder
patriarcal y lineal
tambalearse con mis gritos.
Mi placer fue como sal en la herida,
y mi amor la desdicha que no te dejaba actuar en paz

A veces me cuesta encontrar mi voz
no sé nombrarme  ni encuentro mis contornos
porque durante tanto tiempo no existí para hablar
ni pensar ni razonar

¿quién soy?
mi ritmo es otro.
mi útero no entiende de calendarios semanales ni jerarquías
no soy constante, ni mis sueños son como los tuyos
dentro de mí pulsa y nace la vida
en mi matriz caliente y amorosa
Soy la tejedora de las generaciones
la sanadora, la curandera, la sabía.
dadora de vida, madre nutricia y manantial de amor
Soy la bella, la hermosa, la suavidad y la dulzura
pero también la puta, la guerrera y la reina del submundo
la poderosa, la frágil y la fea

Quizás algún día logres escucharme y sentirme tu aliada
verme correr libremente con los lobos
respetar mi ritmo y valorar mi esencia
mi sabiduría y fuerza
a mí, la mujer soñadora y hechicera.
Pero antes de nada, debo aprender a hacerlo yo mismo
amarme, conocerme, buscarme
respetarme y mimarme
Encontrar mi voz

Entonces seré libre

Poema del danza-teatro "Danza de Mujer" (Sofia Nikander)

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