martes, 18 de mayo de 2010

Cuando las lágrimas reprimidas se convierten en enfado


Eran las seis de la mañana. No sabía que sueño me había despertado, pero ahí estaba, como si un rayo me hubiera iluminado con su luz. En mi cabeza sólo daba vueltas una verdad, una frase que se repetía una y otra vez. Adahy no llora cuando se pone triste, se enfada. Ay, de repente ví como me chocaba con mi propia sombra, y como al no darme cuenta lo proyectaba a mi hijo y no le dejaba libre. Yo tampoco lloraba, yo me enfadaba. Últimamente no mucho, porque en general me sentía bien y feliz, pero siempre un par de veces por semana me enfadaba… cuando en el fondo quizás me sentía sola, desbordada o simplemente triste. Una mujer necesita llorar a menudo, liberar sus tensiones, conectar con sus sentimientos. Un niño de tres años también. Pero había adoptado una forma de retener, de enfriar mis sentimientos, esconderlos y no sentirlos, convertirlos en enfado. Cuando te sientes desamparado y frágil piensas que el enfado te puede proteger, alejar y defenderte del enemigo. Pero lo único que consigues es desconectar con tus verdaderos sentimientos y crear tensiones que luego se manifiestan como enfermedades. Y ahora mi hijo había adoptado mi forma de enfrentarse con los suyos. Pensaba en mi madre, que según recuerdo, se enfadaba a menudo. No demostraba su tristeza, no lloraba con lágrimas suaves y mirada dulce que buscaba un poco de apoyo o empatía. Se enfadaba hasta el punto de llorar de ira, y luego se volvía a cerrar bajo una sonrisa plácida y fría. Yo hacía lo mismo. Y ahora mi hijo… de repente la habitación oscura me parecía ahogarme, pero ¿qué estaba haciendo? ¿Cómo no me había dado cuenta antes? Me había preocupado su enfado alguna que otra vez, pero simplemente le había clasificado como un niño muy sensible. ¿Cómo podría romper este ciclo antes de que fuera demasiado tarde, y enseñarle a sentir y aceptar sus verdaderos sentimientos? Casi tuve que empezar a reír de la simplicidad del asunto y mi propia ceguera. Claro, el primer paso siempre sería aprender yo misma a sentir y aceptar mis propios sentimientos. Necesitaba llorar. Necesitaba urgentemente llorar, por mi propio bienestar y salud.

Y nada más formular el pensamiento sentí ese nudo tan familiar en la garganta y empezaron a caer las lágrimas. Por fin lloré, después de tantos meses reteniendo. Lloré por la separación de mi pareja hace medio año (que todavía no me había permitido soltar ni una sola lágrima), lloré porque esa noche mi hijo se había quedado con su padre y me permití sentir lo mucho que le echaba de menos. Lloré porque mis padres se marchaban a Finlandia en un par de días, y les iba a echar tanto de menos. Lloré porque a veces me sentía sola, porque las cosas no siempre salían como yo hubiera querido, porque estaba preocupada, por todas las cosas que pasaron el verano pasado y porque mis hermanos se encontraban tan lejos. Lloré porque echaba de menos a la casa donde vivíamos antes de la separación, y aunque aquí estaba tan a gusto y contenta, lloré por no poder ver desde aquí los amaneceres tan sublimes y hermosos sobre el mar. Lloré porque simplemente había un granito de tristeza dentro de mí, que necesitaba salir.
Cuando el nudo en la garganta se había resulto dejé secarse las lágrimas en la mejilla, con una sonrisa relajada en mi cara.

Con las lágrimas los mocos empezaron a caer también, por fin, porque llevaba más de un mes con la nariz tapada sin ni siquiera poder sonarme. Una amiga y psicóloga me había recordado hace unas semanas que los mocos eran lágrimas, y cuando tenías muchos mocos era que en realidad necesitabas llorar por algo. En ese momento pensé en mis mocos que no salían, que se quedaban como una piedra dura dentro de mí hasta el punto de despertarme por la noche con la sensación de ahogarme. Por primera vez en tanto tiempo respiré sin dificultad por la nariz.

Me sentí liberada y en paz. Ahora podría con sinceridad y empatía ayudarle a mi hijo a llorar cuando estaba triste. Si me liberaba yo, él también se iba a liberar.
Daba las gracias por haberme dado cuenta, tarde pero aún a tiempo, y veía como el sol empezaba a mandar su luz a través de la cortina. Eran las seis y media de la mañana, me levanté y decidí dar un paseo con el perro hasta la colina de enfrente. Desde ahí no podría ver los mismos amaneceres que desde la otra casa en la playa, pero podría disfrutar de otra.

Alguna que otra lágrima se seguía escapando mientras caminaba, y se mezclaba con mi sonrisa liberada. El canto de los pájaros, el olor a romero y campo, la siluetas aún oscuras de los árboles y las montañas sobre un fondo lleno de luz amarilla y púrpura… fue un regalo temprano, una recompensa del universo por haber dado este paso tan importante en mi camino.

6 comentarios:

  1. Querida ninfa.

    Toda tú eres amor y el amor es el sentimiento más puro que existe en el universo. A veces, el amor se olvida el paraguas en cualquier tienda y la tristeza cala hasta el alma. Entonces llega a casa embarrado e irreconocible.

    El amor es el sentimiento más sensible y humilde del mundo y llora lágrimas de todos los colores para poder limpiar su sentir, para expandir su propia esencia y teñir el mundo del sabor de un corazón vivo.

    Pero el amor además de ser ciego, es el sentimiento más fuerte y terco del universo. Por eso, pequeño cisne, sé que resistirás tormentas y huracanes, brillando con tu luz blanca, cálida e inamovible.

    Aunque en ocasiones sientas que la soledad te arranca las entrañas SABES que eres todo amor: el que das y el que recibes. Siempre serás Amor, Sofía.

    Un beso!!

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  2. Gracias Ana,
    Tenía mis dudas de qué Ana se trataba, conozco a algunas, y habrá muchas Anas grandes a quiénes todavía no conozco. Pero conozco a una Ana muy especial, que mágicamente ha aparecido en los momentos y lugares más inesperados cuando más lo necesitaba. Mensajitos llenos de amor y luz, soluciones cuando me veía perdida en un pueblo lleno de gente que no conocía... y ahí de repente estaba Ana, iluminándome y calmándome.

    He tenido que releer tu mensaje varias veces. Palabras tan llenas de poesía y tan auténticas. Que arte llevas dentro.
    Creo que la cáscara que encierra tu alma es tan frágil y por eso puedes sentir los sútiles mensajes y necesidades de otras almas. Esa es una de tus grandes fuerzas. Gracias hada!

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  3. Gracias a ti, florecilla púrpura, por ser tan especial!! (=

    (El púrpura es un color con esencia, pues nos ofrece la estabilidad del azul y la energía del rojo. Se asocia a la sabiduría, la creatividad, la independencia y la dignidad, así como a la intuición y la espiritualidad.

    Actúa sobre el corazón, disminuyendo la angustia, las fobias y el miedo. Evoca la feminidad y el romanticismo.

    Es el color preferido de la mayoria de los niños antes de la adolescencia. Representa la magia y el misterio.)

    =)

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  4. si, ante un dolor o miedo muy grande la Rabia protege porque ancla a la Vida, pero te digo una cosa Mujer Hermosa Danzante... Ama tu Rabia porque Rabia tambien Eres Tu, lo que enferma es el odio, odio es Rabia reprimida, pero la Rabia que fluye es Vida, Vitalidad y Poder...

    http://labrujadelarcoiris.blogspot.com/2009/05/honrando-la-vida-rabia-y-agresividad.html

    desde Mi Corazon no creo que tu Ninyo este expresando lo mismo, yo creo que despues de que monte su rabieta con toda libertad(Sintiendo la Conexion contigo, porque tu veras la Rabia con Amor) lo veras llorar largo y tendido sobre tu hombro, ese es un Proceso Natural :)
    un beso! lindo blog!

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  5. Gracias por compartir esta publicacion intima como el resto. Abrazo de utero despertando a utero enseñando y amando!

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  6. Gracias por compartirlo. Haré lo mismo con mi hijo.

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